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Meditación

Sintiendo un profundo deseo de meditar y comulgar con la Presencia de Dios anclada dentro del corazón,  cierran la puerta a toda distracción externa. Sentados en vuestro propio espacio de silencio, comienzan a concentrase para relajar el cuerpo, aquietando la mente y calmando las emociones. 

Invocan al Rayo Azul de Protección y al Rayo Violeta de Purificación, usando el poder del Santo Aliento para atraer estos Rayos y expandirlos por todos los vehículos inferiores y aura. Hecho esto, continúan respirando rítmica y quietamente, comenzando a conectar la conciencia con la Sagrada Llama en el centro del corazón. 

Dentro de la mente, le hablan a la Llama, diciendo: “¡Mi amadísima, mi Divina Esencia, te amo y te adoro! ¡Brilla a través de cada esfuerzo que haga para volverme UNA contigo! ¡Oh, flameante Presencia de Luz, permite que el regalo de Divino Amor que es Tuyo sólo para dar, fluya a través de mí y mantenga la vida libre! Pido poder ser una puerta abierta del Amor.” 

Con estas palabras una profunda y constante sensación de paz y amor desciende desde vuestra Presencia y colma todo vuestro ser. Ven y sienten una brillante luz blanca que entra por el abierto chakra coronario. La luz desciende hasta el centro corazón y comienza a pulsar en perfecto ritmo con el latido del corazón físico. Permaneciendo completamente en calma y totalmente centrados en esta brillante luz escuchan  al silencio que ha entrado a vuestra alma. 

Desde el silencio escuchan una voz de tal belleza y perfección que emociona por el amor que trae. Entienden que vuestra Presencia YO SOY les está hablando. 

“Mis amados – ¡YO SOY aquí! ¡YO SOY siempre con ustedes aunque no estén siempre concientes de Mi Presencia! ¡Los amo! ¡Los amo con tal intensidad que – aún en este momento cuando escuchan mi voz y sienten Mi paz rodeando vuestro ser – no pueden imaginar la totalidad de Mi amor! 

Ver Mi Rostro es ver el Rostro de Dios y es el cumplimiento de cada deseo y necesidad que han experimentado a través del tiempo que siempre ha sido. Cuando una parte de vuestra humana experiencia haya sido cumplimentada, purificada y redimida por Mi Luz, entonces – verdaderamente – verán Mi Rostro y entrarán completamente dentro de Mi Ser. 

Aunque todavía no puedan contener la plenitud de Mi Ser, han abierto vuestro corazón, mente y cuerpo físico a la realidad de Mi Presencia como vuestro Ser verdadero y total. Por tanto, nada se les negará desde este momento en adelante. Mientras les hablo, Mi mensaje será grabado en vuestra conciencia. Nunca más se desviarán del Rayo de Mi atención,  porque han invocado Mi Luz hacia vuestros vehículos inferiores y han escuchado Mi Voz. 

¡Mi mensaje es simple, Amados Seres! ¡Deseo decirles Gracias! ¡Gracias por ser Yo Misma en acción en el mundo de las apariencias, porque de ninguna otra forma puedo tener acceso a este mundo! ¡De ninguna otra forma puedo Yo ganar la completa maestría en el mundo de la manifestación! ¡Nosotros somos, ustedes y Yo, UN SER DE LUZ! ¡Gracias por reconocerme! ¡Ahora más allá de toda duda, sabrán que YO SOY EN USTEDES y USTEDES SON EN MI! 

¡Desde este momento en adelante nunca más sentirán una sensación de separación de Dios! ¡Así es y así será siempre porque “YO SOY EL QUE YO SOY!” 

Permaneciendo por un tiempo en el profundo silencio de vuestra alma, colmado con la plenitud del Amor de vuestra Presencia, permiten que la atención retorne al cuerpo físico. Tomen unos pocos momentos para reconocer que cada latido de corazón y cada respiración y la sangre que fluye a través del cuerpo físico es Una con vuestra Presencia YO SOY. ¡Entiendan que vuestra vida ha sido verdaderamente restaurada!  

Una vez más le hablan a vuestra Presencia: “¡Mi amadísima, mi Divina esencia, Tú eres bienvenida!” 

 

 

 

 

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