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Principios Divinos
El Aspecto Duodécuplo de Dios
Y el Aspecto Séptuple del Hombre
14 de abril de 1982
¡YO SOY LO QUE
YO SOY! – ¡Escuchen! ¡YO SOY
LO QUE YO SOY! Queridos hijos de la única eterna Luz del Sol, les
traigo saludos desde el Hogar.
YO SOY llamado
por algunos que conocen mi existencia en la Tierra como “Kenich
Ahan”. Contemplemos juntos este nombre… Actualmente significa
“Chohan del Sol” porque YO SOY el Señor del Rayo del Sol cuando
entra a este planeta Tierra. Sientan la plenitud del rayo de luz del
sol que hoy he traído con mi momentum, porque queridos hijos, Yo
represento la plenitud de la Paternidad de Dios. Como pueden saber,
antes de que la plenitud del aspecto Filial puédese aparecer sobre
este planeta, la Paternidad de Dios debía estar bien establecida,
así fue hecho por todas las religiones importantes pre-cristianas.
Después vino el ejemplo divino del Verdadero Hijo de Dios – el
Cristo – a través del Maestro Jesús, guiado por el Señor Maitreya.
¿Y que tiene que venir después del aspecto filial? La plenitud del
Espíritu Santo.
Es mi privilegio
ser una emanación constante de la Paternidad de Dios hacia el
Planeta Tierra. Contenido en esa luz está el Aspecto Duodécuplo de
la Deidad, que es luego transformado en el Aspecto Séptuple del
Hombre y la Mujer Divinos – el Cristo Individual – quien puede
entonces emitir la plenitud del Espíritu Santo. ¿Y qué es, queridos
hijos, el Espíritu Santo? Lo han conocido, correctamente así, como
la Naturaleza del Amor de Dios que se desenvuelve y se hace
manifiesta. ¿Qué sería la naturaleza del amor de una pareja de
padres para sus hijos sino el “momentum de todas las experiencias de
perfección, bondad y gloria que los padres quisieran que tuviesen
sus hijos? Este regalo de amor a los hijos de la Tierra está
contenido en los Cuerpos Causales de Helios y Vesta. ¡Así que,
amados hijos, la plenitud del Espíritu Santo es el Cuerpo Causal de
vuestros Dioses-Padres Helios y Vesta!
¡YO SOY! La
plenitud de estas palabras, YO SOY, pronunciadas con el Santo
Aliento, contienen en sí la
plenitud del Espíritu Santo, el momentum completo del Cuerpo Causal
de nuestro Dios Padre-Madre. Nuestro Señor Maha Chohan representa
esta naturaleza para el planeta Tierra.
Nuestro Amado Santo Æolus representa
la naturaleza del amor del
Cuerpo Causal, el completo momentum de los Doce Aspectos de
la Deidad para los siete planetas, todos los siete hijos de Helios y
Vesta. Contenidos dentro de ese Santo Espíritu están todos los
momentum de todos los fuegos
sagrados que siempre han sido manifestados, se están manifestando o
se manifestarán en el universo. Esa es la plenitud del Cuerpo
Causal. Esa es la plenitud del Espíritu Santo de Dios moviéndose
entre sus hijos.
Queridos seres,
hagamos juntos un viaje en conciencia, bajo la gentil bendición del
amado Santo Æolus, hasta el retiro del Espíritu Santo, aquí en
Shamballa.
Elevándome en
conciencia en la plenitud de mi Rayo de Luz del Sol, nos encontramos
ante la gran puerta del Templo del Santo Espíritu Cósmico y
respiramos… Hay gran expectativa en nuestra respiración, porque
sentimos la Luz de nuestros Padres Dioses pulsando a través de este
templo aunque nosotros estamos en su patio externo. Sentimos la
belleza del templo circular, su magnífica puerta custodiada por dos
Serafines del Sol. Sientan la expectativa mientras las puertas
comienzan a abrirse lentamente mediante el movimiento lleno de
gracia de estos espléndidos Serafines. Comenzamos a avanzar y y
entrando al templo del Espíritu Santo pasamos a través de sus
puertas hacia el patio interno, donde moran los ángeles, devas y
seres cósmicos que trabajan con la plenitud del Espíritu Santo. Nos
adentramos más aún en el interior del lugar sagrado hasta el punto
en el cual los chelas no ascendidos deben pararse debido a la
conexión que aún tienen con su estructura atómica.
Apareciendo
ahora ante nuestros ojos está la exquisita Presencia de nuestro
Señor el Maha Chohan, en un conjunto de vehículos luminosos que nos
dejan pasmados por su belleza y magnificencia… Él canaliza la
plenitud del Espíritu Santo hacia la Tierra y su atmósfera, hacia el
Reino Elemental, a través de sus “Siete Hijos”, los Chohanes de los
Rayos y el séptuple aspecto del hombre divino. Contemplen a este
bondadoso ser, nuestro Señor Maha Chohan, porque verdaderamente es
un Hijo del Sol. Nuestro gran Señor se para y se pone frente al
altar. Al hacerlo, nuestra visión se abre más aún y vemos el
magnífico altar, en donde arde una llama que contiene en su interior
todos los colores de los Doce Aspectos de la Deidad, toda la
gloriosa radiación de nuestro Cuerpo Causal Dios Padre-Madre.
Suspendida en el espacio sobre esa llama está el magnificente disco
dorado y saliendo del mismo hay doce magníficos rayos que alimentan
la llama, un anclaje de la propia luz de Helios y Vesta.
Sobre este disco
dorado hay una magnífica paloma, que desprende luz del más suave
rosa, alrededor de la cual se proyectan los Siete Rayos del hombre
divino, porque es competencia del Maha Chohan transformar los Doce
Aspectos de la Deidad en los Siete Aspectos del Hombre hasta que el
hombre, en la plenitud de su propia Divina Presencia se convierta
ulteriormente en los Doce Aspectos de Dios. Alrededor este disco
dorado una suave luz rosada emana desde el aura de esa magnífica
llama multicolor. Espiralando hacia la más elevada conciencia
también hay una suave luz rosada y sonriendo sobre esta entera
escena, en su bondadosa radiación, está el Gran Espíritu Santo
Cósmico, Æolus, quien se ha graduado para representar el Cuerpo
Causal de nuestros Padres
Dioses para los siete planetas…
Queridos hijos,
esta es la actividad de convertirse en un discípulo del Espíritu
Santo. Primero deben volverse un pleno Discípulo del Cristo, el
aspecto filial de Dios, como fue el verdadero significado de la Era
Cristiana; precedida por el convertirse en un Discípulo del “Padre”,
la plena aceptación de la Paternidad de Dios y luego la plena
aceptación del aspecto filial de Dios. Y ahora en la era entrante,
la plenitud del Santo Espíritu de Dios, todos los regalos del
momentum de nuestro Dios Padre-Madre. Ese es el trabajo de este
templo, queridos seres. Sientan el aliento del Espíritu Santo.
Escuchen el sonido del Espíritu Santo…
Lentamente,
mientras nuestra experiencia en el Templo del Espíritu Santo Cósmico
está finalizando, nos retiramos… hacia el patio externo. Nos
inclinamos con gracia ante nuestro Señor Maha Chohan. Nos inclinamos
ane los grandes Serafines en el portal. Y como el Cristo, la
filiación divina de Dios, descendemos de regreso al Santuario,
manteniendo esta experiencia del Cuerpo Causal de nuestro Dios
Padre-Madre.
Kenich Ahan